La ortografía de su nombre más conocida procede de la transcripción inglesa del original árabe. La transliteración correcta en español más utilizada en publicaciones especializadas, es Yibrán Jalil Yibrán o Yubrán Jalil Yubrán.
El segundo de cuatro hermanos, vivió con ellos hasta los 11 años, cuando gran parte de su familia emigra a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades para trabajar y vivir. Antes de ese viaje, aprende de otras personas, entre ellas su abuelo materno, del conocimiento del arte y del saber universal, que fueron base para la literatura y la pintura. Ya con el tiempo aprendió y cultivó con devoción el inglés, lengua que haría famosas sus novelas, aunque no olvidó el árabe, que perfeccionó tras su regreso a Líbano en 1898. Durante esa estancia en su país natal, destaca por su habilidad en el dibujo y nace en él la idea de escribir un libro, El Profeta, que con el tiempo sería su obra cumbre.
En 1902, Gibrán regresó a Boston y sin dejar de escribir, inicia su vocación por la pintura, que le llevaría a ser famoso por doquier; y es en París donde hace exponer sus obras y gana el elogio de la crítica. Luego, en la capital francesa, saca su mejor provecho cultural. En 1912 es publicado el libro Las Alas Rotas que había comenzado en 1906. Sus primeros textos los publica en la revista libanesa "Al-Manarah", una publicación fundada por el propio Gibrán, junto a Youssef Howayek. Inicia también en esa época una serie de viajes por Europa que enriquecerán su bagaje cultural.
Gibrán trabaja en la confección de El Profeta, que finalmente logra publicarse en 1923, con éxito total e imágenes de su propia autoría. Antes había publicado El Loco y posteriormente El Precursor. En esa época, malos presentimientos le invaden el alma y desea retornar a su patria, pero su salud decae constantemente hasta el final de su vida.
En 1917 fija su residencia en Nueva York (ciudad en la que falleció en 1931, a los 48 años).
1883. 6 de enero: Nace en la ciudad de Bisharri, al norte de Beirut, el escritor, artista y poeta libanés Gibran Kahlil Gibran, en el seno de una familia cristiana maronita modesta, en la que destacaba una madre cariñosa cuyo afecto y recuerdo guardó hasta el fin de sus días. Los datos más acusados de su personalidad de niño fueron su tranquilidad, sensibilidad y su afición al dibujo.
1895. Emigra a los Estados Unidos con su madre, Kamile Rahme (que fallece en 1903). En Boston, donde la familia reside en un barrio miserable, Gibran estudia en la escuela pública.
1898. Regresa a Beirut con un conocimiento rudimentario del árabe. Pasa 3 años en Dar al-Hikma (colegio de la ciencia) aprendiendo árabe y francés.
1902. Viaja de nuevo a su patria acompañando a una familia americana como guía. Pero la enfermedad de algunos parientes y la muerte de su hermano determinan su regreso a Washington. Trabaja entonces maquetando portadas de libros y comienza a vender sus dibujos y a llamar la atención como artista.
1904. Expone sin éxito sus dibujos y colabora como corresponsal en el periódico Al-Muhayir, publicado en Nueva York. Es entonces cuando nace su relación casi filantrópica con Mary Haskell.
1905. Publica su libro La música, compuesto de poemas místicos en prosa y considerado como su primera obra literaria en lengua árabe.
1906. Publica “Las Ninfas de los Valles”, también en árabe. Esta obra es esencialmente un ataque a las instituciones eclesiásticas entonces existentes, con lo cual se ganó entre los árabes una fama de escritor revolucionario que rechazaba la tradición y la realidad corrupta que vivía.
1908. Publica “Espíritus Rebeldes”, obra en la que aboga por una espiritualidad, pero atacando a la Iglesia y desenmascarando a los clérigos.
1908-1910. Permanece estudiando en París. Aunque en estos años se respiraba la corriente cubista que tanto preocupaba y era discutida en los medios europeos de vanguardia, no le influyó lo más mínimo. Fue entonces cuando conoció a Auguste Rodin y leyó mucha literatura europea en general, en particular poetas románticos como William Blake, que ejerció en él gran influencia. Además estudió filosofía alemana, concretamente a Nietzsche que le impresionó profundamente aunque de forma pasajera.
1910. Nada más concluir la Conferencia Árabe de París regresa a Boston y funda la sociedad al-Halaga al-Dahabiyya (El eslabón de oro), de carácter político, cuyo objetivo era liberar a los árabes del dominio otomano.
1912. Muere su padre en el Líbano. Publica su relato autobiográfico Las Alas rotas y comienza con la famosa escritora árabe May Ziyadah, una correspondencia que duró 20 años y concluyó con la muerte de Gibran.
1913. Participa en la redacción de la revista Funun (Las artes). En este mismo año publica “Una Lágrima y una Sonrisa”, que es un conjunto de poemas en prosa.
1914-1917. Realiza tres exposiciones.
1918. Publica su libro de poemas filosóficos “Los Cortejos” y su primer libro en inglés “The Madman” (El Loco), lo que no impide que siga publicando en árabe.
1919. Publica una colección de dibujos en un libro titulado “Veinte Dibujos”, de estilo simbolista con rasgos románticos.
1920. Se funda, bajo su presidencia, la sociedad literaria Al-Rabitah al-Qalamiyah (La liga literaria), cuya influencia en la literatura árabe fue decisiva.
1921. Publica su primera obra mística de tendencia dramática: “Iram La de las Columnas”.
1923. Publica “Maravillas y Novedades”, un libro de retratos figurados de algunos filósofos y poetas árabes. Ese mismo año publica “El Profeta”, su obra más conocida, que causó y sigue causando un gran impacto, hasta el punto de ser considerado como el segundo libro más vendido después de la Biblia.
1926. Publica “Arena y Espuma”, conjunto de máximas y exhortaciones, algunos de cuyos fragmentos recuerdan a Blake tanto en la forma como en el contenido. Por esta época se embarca en una aventura financiera en la que pierde todo su dinero. Deja de escribir y se dedica a la pintura para cancelar sus deudas. A pesar de las penalidades económicas que produjeron un desmoronamiento en su salud, continuó escribiendo.
1928. Publica “Jesús Hijo del Hombre”, creación imaginaria de la vida del Mesías, al que concibe como gran milagro del hombre que le enseñó a amar a quienes le odiaban, que le trajo la paz. Este libro es una materialización del amor que unifica toda la creación. Su correspondencia de esta época denota un gran cansancio debido a la enfermedad que le abatió, así como a una gran nostalgia de su tierra, aunque creía que podía llevar a cabo en Nueva York una mayor actividad creativa que en el Líbano. A pesar de que sabía que iba a morir joven no temía a la muerte, sino que la consideraba como una liberación de este mundo cargado de dolor.
1931. 10 de abril: Muere en Nueva York tras publicar “Los Dioses de la Tierra”. El 21 de agosto del mismo año su cuerpo es trasladado a Beirut y enterrado en Mar-Sarkis (Bisharri).
Ocho años antes de su muerte un profeta abandona el pueblo donde ha vivido y antes de irse la gente le pide que hable de ciertos temas, cada uno de los cuales forma un capítulo del libro. Estos temas son: el amor, el matrimonio, los hijos, el dar, el comer y el beber, el trabajo, la alegría y el dolor, las casas, el vestir, el comprar y el vender, el crimen y el castigo, las leyes, la libertad, la razón y la pasión, el dolor, el conocimiento, el enseñar, la amistad, el hablar, el tiempo, lo bueno y lo malo, la oración el placer, la belleza, la religión, y la muerte.
Por ejemplo, respecto a la alegría y el dolor dice: "Cuando estéis tristes, (...) veréis que estáis llorando, en verdad, por lo que fue vuestro deleite".
A pesar de que la obra está escrita a modo de diálogo simple entre el profeta y la gente del pueblo, las directivas que Gibrán pone en su boca invitan a reconsiderar los valores, conceptos, hábitos y costumbres de la sociedad, llevando al lector hacia una idea menos individualista y con un gran sentido de empatía con los seres vivientes, así como la mayor relevancia de un estrato espiritual subyacente a todas las acciones humanas.
Su inspiración es, probablemente, la sabiduría de grandes maestros (como Jesús o Buda), las religiones orientales y corrientes de espiritualidad marcadas por un gran sentido de lo místico, como el sufismo, sin perder semejanza a su vez con las creencias animistas de muchas sociedades tribales cercanas a la naturaleza.
En su libro “El Profeta”, Gibrán Jalil Gibrán trata de impulsar al lector a cambiar su forma de vida basándose principalmente en llevarla de una forma equilibrada con respecto a la divinidad y la paz interior. Para Gibrán los obstáculos y vicisitudes del mundo son solo pruebas que permiten al hombre evolucionar y avanzar por el camino hacia la purificación, así nos demuestra que el mundo será mejor cuando los hombres sean capaces de acercarse y convivir.