sábado, 26 de noviembre de 2011

La Regenta - Leopoldo Alas "Clarín"



Leopoldo García-Alas y Ureña «Clarín» (Zamora, 25 de abril de 1852–Oviedo, 13 de junio de 1901) fue un escritor español.
Nació en Zamora el 25 de abril de 1852 en Zamora, donde se había trasladado su familia desde Oviedo, al ser nombrado su padre, Genaro García Alas, gobernador de la ciudad.Leopoldo fue el tercer hijo del matrimonio.


En la casa se hablaba continuamente de Asturias y su madre, Leocadia, con cierta nostalgia, contaba relatos de aquella tierra de sus antepasados (aunque ella tenía también hondas raíces leonesas). Este ambiente influyó en gran medida en el espíritu del niño Leopoldo que desde siempre se sintió más asturiano que zamorano, aunque a lo largo de su vida conservó un cariño especial por las tierras que lo vieron nacer.


A los siete años entró a estudiar en el colegio de los jesuitas ubicado en la ciudad de León en el edificio de San Marcos (actual parador de turismo).
Desde el principio supo adaptarse a las normas y a la disciplina del centro de tal manera que a los pocos meses era considerado como un alumno modelo. Sus compañeros lo conocían con el mote (sobrenombre) de «el Gobernador», por alusión a la profesión de su padre. Sus biógrafos aseguran que esta etapa estudiantil engendró en Leopoldo el sentimentalismo religioso y el principio de gran disciplina moral que fueron la base de su carácter. En este primer año escolar ganó una banda azul como premio y trofeo literario. La conservó toda su vida y se encontraba entre los objetos más queridos del museo familiar.


En el verano de 1859 toda la familia regresó a Asturias. Leopoldo descubrió con sus propios ojos la geografía asturiana de la que tanto había oído hablar a su madre. Durante los años siguientes Leopoldo se encuentra en libertad por las tierras de Guimarán, propiedad de su padre, donde aprenderá directamente de la Naturaleza y de los libros que encuentra en la vieja biblioteca familiar, donde entra en contacto por primera vez con dos autores que serán sus maestros: Cervantes y Fray Luis de León.


El 4 de octubre de 1863, a la edad de once años, Leopoldo ingresa en la Universidad de Oviedo en lo que se llamaban «estudios preparatorios», matriculándose en las asignaturas de Latín, Aritmética y Doctrina Cristiana. El curso lo terminó con la nota de sobresaliente y con la adquisición de tres buenos amigos: Armando Palacio Valdés, Tomás Tuero (que fue también escritor, traductor y crítico literario) y Pío Rubín (escritor).


Después de finalizar sus estudios en la Universidad, se trasladó a Madrid para hacer el doctorado, alojándose en una posada de la calle de Capellanes. Allí encontró a sus amigos de Oviedo, Tuero, Palacio Valdés y Rubín. El grupo fue pronto conocido como «los de Oviedo». Los primeros tiempos en la capital no fueron satisfactorios para Leopoldo que añoraba su tierra asturiana, las montañas y la bruma.


Años atrás había entrado en España la teoría del krausismo, de la mano del jurista y filósofo español Julián Sanz del Río, que había sido discípulo en Alemania de Karl Krause. Sanz del Río fue profesor de Filosofía del Derecho ejerciendo tal influencia entre sus alumnos que estos aplicarían el krausismo poniendo en marcha un movimiento ideológico intelectual que culminó con una gran reforma en la educación libre, con la creación de la Institución Libre de Enseñanza, no sólo en España sino también en Hispanoamérica, y en cambios relativos a la sociedad y a la política. Pero fue expulsado de la cátedra a instancias de Isabel II y alguno de sus ministros por considerar tal doctrina como peligrosa para la seguridad del régimen. Este hecho ocasionó un gran revuelo entre los jóvenes seguidores de Sanz del Río que siguieron transmitiendo sus enseñanzas a los siguientes discípulos. Krausistas destacados fueron Joaquín Costa, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón, Rafael María de Labra, Emilio Castelar y Adolfo Camus. Fue en la cátedra de este último y de Nicolás Salmerón donde Leopoldo se empapó de las ideas krausistas que hicieron nacer en él poco a poco, la duda religiosa y el escepticismo filosófico.


En la Cervecería Inglesa de Madrid se reunían en tertulia «los de Oviedo». Poco a poco el grupo se fue incrementando con jóvenes intelectuales apasionados como ellos por la libertad y las nuevas ideas. Uno de estos nuevos contertulios fue Leopoldo Cano (futuro escritor y autor de La Caida de Edgar). Durante aquel curso, Clarín se vio en constante lucha interior no sólo con el krausismo sino con el naturalismo literario y el liberalismo laico. Todavía tenía ciertas reservas, pero al finalizar el año, el mismo Clarín comenta que «su espíritu se había fortalecido» y había capitulado del todo, no sin antes emplear y poner su capacidad de crítico a la defensiva, actitud que ha de acompañarlo el resto de su vida.


Casi todos los biógrafos de Clarín vienen a estar de acuerdo en este punto: su caciquismo literario, algo tiránico. Desde su retiro de Oviedo llega a hacerse temer y respetar en Madrid y se da a conocer en Europa y en América. Fue un provinciano universal, aunque su ciudad, Oviedo, nunca comprendió su universalidad. Se lo consideraba como un hombrecillo nervioso y miope, que daba clases en la Universidad y que por las tardes jugaba al tresillo en el Casino. Los estudiantes lo temían por su severidad y la sociedad lo consideraba un ateo liberal.


Durante los últimos años de su vida, Clarín recibe gran cantidad de ofertas para colaboraciones así como peticiones de autorización para traducir su obra en nuevas ediciones. En 1900, la Casa Maucci de Barcelona, le encarga la traducción de la novela de Émile Zola Trabajo. La retribución es buena y Clarín piensa que una traducción no le dará tanto trabajo como escribir. Pero los tecnicismos y palabras difíciles del escritor francés, unido al perfeccionismo de Clarín hacen que el trabajo se alargue durante meses, agotando la poca salud que tenía en aquellos años. Traduce día y noche para cumplir con la fecha indicada por la editorial, agotado pero contento de poder contribuir en dar a conocer al «pensador más ultrajado de todo el siglo XIX».

Su obra cumbre: La Regenta (1884–1885)


Obra de gran extensión, ostenta cierta declarada semejanza con Madame Bovary, de Flaubert, y Ana Karenina, de Tolstoi, influencia a la que habría que añadir la del naturalismo y la del krausismo (corriente filosófica que pretendía la regeneración cultural y moral de España).


La Regenta se destaca por su gran riqueza de personajes y planos secundarios,así como el uso de la técnica del fluir de los recuerdos, mientras que el retrato de la protagonista queda delicadamente desenfocado y vago. Por otra parte, aquí la caída de la señora provinciana tiene lugar entre dos cortejadores muy diversos: el más seductor galán de la ciudad, que acaba triunfando, y un canónigo de la catedral. El retrato de este canónigo es pieza clave del libro.


Para la descripción del ambiente provinciano y del entramado de la vida colectiva —lo más naturalista de la novela— Clarín utiliza técnicas como el monólogo interiorizado (el monólogo interior nace más tarde, con Joyce y Dostoyevski) y el estilo indirecto libre, que hacen que la historia sea narrada por los personajes a través de sus pensamientos y que permiten penetrar en sus interioridades. Gracias a estas técnicas y un minucioso estudio del personaje en el medio (es decir la sociedad en la que vive) los personajes adquieren una cierta profundidad psicológica.


La bella Ana Ozones, hija de un revolucionario obligado a emigrar y huérfana de madre, a la muerte de aquél es recogida por dos tías hipócritas y santurronas, doña Anuncia y doña Águeda, cuya única inquietud por la joven se reduce a encontrarle un marido rico. Así, al cumplir los 20 años de edad la casan con don Víctor Quintanar, magistrado cincuentón, bueno, amable y culto. Ambos se marchan a Granada, pero poco después se instalan en la ciudad provinciana de Vetusta, pues don Víctor es nombrado regente de la audiencia en dicho lugar. Desde este momento todos conocen a Ana Ozores como la Regenta.
La diferencia de edad con su esposo, quien además se desentiende física y espiritualmente de ella, ocupado sólo en ir de cacería, criar pájaros y leer obras de teatro así como la carencia de hijos, son una amarga experiencia para Ana Ozores. Apasionada y sensual, sin poder satisfacer sus aspiraciones y necesidades junto a su esposo, se siente ahogada por el ambiente que la rodea. "Vivir en Vetusta la vida ordinaria de los demás, era encerrarse en un cuarto estrecho con un brasero; era el suicidio por asfixia".
Luego de ocho años de matrimonio estéril, insatisfecha, frustrada y vacía por la vida rutinaria de Vetusta, busca consuelo en la religión y en prácticas piadosas, inducida por su confesor don Fermín de Pas. Pero el trato frecuente de Ana con el sacerdote, joven de 35 años de edad, involuntariamente despierta en éste una pasión amorosa, de la cual ella se aparta horrorizada.
Don Álvaro Mesía, un donjuán provinciano, ignorante y veleidoso, desde tiempo atrás galanteaba a Ana Ozores sin que ella le prestara atención; pero al descubrir los sentimientos equívocos de su confesor, la desilusión y su propia debilidad de mujer joven e insatisfecha la impulsan a entregarse a aquel tenorio.
Cuando el confesor se entera de este hecho, cegado por los celos y el deseo de vengarse, se vale de la criada Petra para enterar al marido del adulterio de Ana. Luego de una dolorosa lucha consigo mismo, Víctor Quintanar reta a duelo a don Álvaro. Inesperadamente, Mesía mata a don Víctor y huye de Vetusta.
El desenlace de la obra es dramático: menospreciada por la mojigata e hipócrita sociedad de Vetusta a raíz de estos sucesos, Ana Ozores también sufre el rechazo de su confesor, el despechado don Fermín, a quien ella acude en busca de consuelo.
De estructura y trama sencillas, todos los críticos coinciden en afirmar que La Regenta es una de las mejores novelas españolas del siglo XIX, sobre todo por la profundidad con que en ella se trata la evolución psicológica de sus protagonistas, de lo cual resulta un análisis minucioso y definitivo de sus estados anímicos.
Por otra parte, el autor también hace vivir en sus páginas gran variedad de personajes con sus intrigas, desdichas, contradicciones, envidias y pedanterías, para conformar un complejo mundo narrativo de indudable riqueza, pintura realista del ambiente opresivo que reina en la provincia, cuyo mejor ejemplo es Vetusta.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Prométeme que serás libre - Jorge Molist




(Barcelona, 1951). Sus actividades profesionales le han llevado a residir en distintos lugares de Estados Unidos y ha tenido responsabilidades en varios países europeos. Testigo directo de multitud de escenarios de nuestro tiempo, es un apasionado de la Historia, que introduce de forma original en su obra, analizándola desde el presente. De escritura ágil, humor y gancho, la crítica lo ha comparado con algunos de los maestros de la intriga de nuestro tiempo. Es ingeniero industrial y máster en administración de empresas. En la actualidad, vive en Madrid, donde dirige una empresa.

Después del éxito de El anillo y La reina oculta, Jorge Molist nos sumerge con su nueva obra en el fascinante mundo del Renacimiento a través de un documentado relato que habla de amor, pasión, venganza, miedo, valor y libros.

Una mañana de 1484, una galera pirata asalta la aldea de Llafranc. Ramón Serra muere defendiendo a su familia, pero no puede impedir que su esposa y su hija sean secuestradas. En su agonía le pide a su hijo de doce años: «Prométeme que serás libre». Al perder a su familia, Joan, junto con su hermano pequeño viaja a Barcelona. Allí trabaja como aprendiz en la librería de los Corró, a los que llega a querer como a sus nuevos padres. Son tiempos convulsos y el librero es quemado junto con su mujer en la hoguera de la Inquisición por defender, precisamente, que la lectura es libertad.


La nueva pérdida reafirma a Joan en sus tres deseos fervientes, rescatar a su familia, recuperar a su amada casada en Italia y convertirse en librero, pero, acusado de matar a un hombre, será condenado a remar en galeras a bordo de la nave del temido almirante Bernat de Vilamarí. Cerdeña, Sicilia, Nápoles, Roma y Génova serán los escenarios de su odisea. Participa como galeote y artillero en diversas batallas, conoce a personajes extraordinarios, se ve envuelto en sus intrigas, y lucha con desesperación por su amor y por cumplir su promesa.
Prométeme que serás libre es la historia de un niño que, golpeado por la tragedia, supera las dificultades y abandona su humilde condición gracias a las enseñanzas de los más insospechados maestros, a su determinación por aprender y a su arrojo.


Con una impresionante documentación, esta novela nos acerca a la vida durante el Renacimiento. Muchos de los hechos narrados y personajes son estrictamente históricos, lo cual dota al texto de un dramatismo inigualable.


Una novela donde los libreros se convierten en héroes. Un homenaje al mundo del libro y al placer de la lectura.Prométeme que serás libre tiene todos los ingredientes de los bestsellers de ficción: aventura trepidante, historia, erudición, emociones, personajes inolvidables, empatía con el lector, capacidad de sorprender con giros inesperados y mucho más.



Es una aventura trepidante en la que se mezclan lances, amores y superación personal.
“La novela destila hechos reales”

martes, 21 de junio de 2011

Lazarillo de Tormes - Anónimo





La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades (más conocida como Lazarillo de Tormes) es una novela española anónima, escrita en primera persona y en estilo epistolar (como una sola y larga carta), cuya edición conocida más antigua data de 1554. En ella se cuenta de forma autobiográfica la vida de un niño, Lázaro de Tormes, en el siglo XVI, desde su nacimiento y mísera infancia hasta su matrimonio, ya en la edad adulta. Es considerada precursora de la novela picaresca por elementos como el realismo, la narración en primera persona, la estructura itinerante, el servicio a varios amos y la ideología moralizante y pesimista.

Lazarillo de Tormes es un esbozo irónico y despiadado de la sociedad del momento, de la que se muestran sus vicios y actitudes hipócritas, sobre todo las de los clérigos y religiosos. Hay diferentes hipótesis sobre su autoría. Probablemente el autor fue simpatizante de las ideas erasmistas. Esto motivó que la Inquisición la prohibiera y que, más tarde, permitiera su publicación, una vez expurgada. La obra no volvió a ser publicada íntegramente hasta el siglo XIX.

Se conservan cuatro primeras ediciones distintas de la obra, las cuatro del año 1554, impresas respectivamente en Burgos, Amberes, Alcalá de Henares y Medina del Campo. Las más antiguas parecen ser las de Burgos y Medina.


De la edición de Amberes se conservan siete ejemplares distintos, en tanto que sólo hay uno de cada una de las otras tres ediciones. El ejemplar más recientemente descubierto es el de la edición de Medina del Campo, que apareció en 1992 emparedado en una casa de la Plaza de Nuestra Señora de Soterraño de la localidad pacense de Barcarrota.


No obstante, es muy probable que existiese una edición más antigua, de 1553 o 1552, cuyo éxito generase las cuatro simultáneas ediciones posteriores.


Históricamente se han postulado varios autores para el Lazarillo de Tormes. En 1605 el fraile José de Sigüenza de la Orden de San Jerónimo atribuyó la autoría de esta obra al también jerónimo fray Juan de Ortega:1


Dicen que siendo estudiante en Salamanca, mancebo, como tenía un ingenio tan galán y fresco, hizo aquel librillo que anda por ahí, llamado Lazarillo de Tormes, mostrando en un sujeto tan humilde la propiedad de la lengua castellana y el decoro de las personas que introduce con tan singular artificio y donaire, que merece ser leído de los que tienen buen gusto. El indicio desto fue haberle hallado el borrador en la celda, de su propia mano escrito.


F. José de Sigüenza, Historia de la Orden de San Jerónimo


Por la época en que se publicó Lazarillo, Juan de Ortega era General de los Jerónimos, lo cual explicaría que el libro apareciese sin autor. La autoría de fray Juan de Ortega y la necesaria discreción del anonimato por su condición de General de la Orden fue defendida con firmeza por Marcel Bataillon2 con cuyos argumentos ha coincidido el periodista José Delfín Val.3


En 1607, en el catálogo de escritores españoles Catalogus Clarorum Hispaniae scriptorum, que fue redactado por el flamenco Valerio Andrés Taxandro, se dice que Diego Hurtado de Mendoza «compuso [...] el libro de entretenimiento llamado Lazarillo de Tormes». Otros autores del siglo XVII, así como el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española (1726-1739), mencionan esta atribución, que alcanzó cierta fortuna, sobre todo en el siglo XIX. En marzo de 2010 apareció en prensa que la paleógrafa Mercedes Agulló descubrió en unos papeles de Diego Hurtado de Mendoza la frase «Un legajo de correcciones hechas para la impresión de Lazarillo y Propaladia», lo cual le llevó a escribir un libro postulando «una hipótesis seria sobre la autoría del Lazarillo, que fortalecida por otros hechos y circunstancias apunta sólidamente en la dirección de don Diego».4


A finales del siglo XIX un artículo del hispanista Alfred Morel-Fatio,5 cuya propuesta fue desarrollada después por Manuel J. Asensio,6 relaciona al autor de Lazarillo con el círculo erasmista de los hermanos Valdés. Siguiendo esta hipótesis se ha atribuido la obra a Juan de Valdés o a su hermano Alfonso. Esta última atribución cobró fuerza en 2002 debido a las investigaciones de la profesora Rosa Navarro Durán,7 que se basa sobre todo en el cotejo de la obra con los diálogos conocidos de Alfonso de Valdés, el Diálogo de Mercurio y Carón y el Diálogo de las cosas acaecidas en Roma.


La candidatura de Sebastián de Horozco —que postuló en el siglo XIX José María Asensio y Toledo, editor de su Cancionero—8 fue defendida en 1914 por Julio Cejador y Frauca en su edición del Lazarillo,9 apoyándose en un pasaje de la obra de este autor en que aparece un mozo de ciego llamado Lazarillo. Más adelante fue retomada y defendida por Francisco Márquez Villanueva,10 quien encuentra importantes semejanzas de temas, ideas y vocabulario y llega a afirmar que «apenas si hay en el Lazarillo un tema literario, un tópico, un pensamiento, un recurso expresivo que no pueda encontrarse también en Horozco».


También han sido propuestos como autores del Lazarillo el dramaturgo Lope de Rueda (por Fonger de Haan en 1903 alegando que fue, como el protagonista de la novela, pregonero en Toledo en 1538, aunque esta hipótesis ha sido rechazada posteriormente),11 Pedro de Rúa,12 Hernán Núñez el Comendador Griego13 y, más recientemente, Francisco Cervantes de Salazar, defendida por José Luis Madrigal,14 15 si bien este investigador abandonó esa hipótesis para pasar en 2008 a defender la autoría de Juan Arce de Otálora, autor de los Coloquios de Palatino y Pinciano.16 Por su uso exhaustivo del recurso a la autobiografía ficticia, entre otras razones, Clark Colahan y Alfred Rodríguez pensaron que el Lazarillo fue escrito por el humanista conquense Juan Maldonado.17 Otras atribuciones han recaído en Alejo Venegas,8 Bartolomé Torres Naharro (postulado por Alberto M. Forcadas), Gonzalo Pérez, secretario real de Carlos I (por Dalai Brenes Carrillo), e incluso Fernando de Rojas, el autor de La Celestina, cuya autoría fue defendida por Howard Mancing,18 o el célebre humanista español Juan Luis Vives, propuesta hecha pública por Francisco Calero en 2006.19

 Género

Se trata de una novela de autoformación, de estructura aparentemente simple, pero en realidad muy compleja; es una carta destinada a vuestra merced, tratamiento que implica alguien con superior condición social, y está motivada por "el caso", hecho del cual éste ha oído hablar, y cuya versión personal pide a Lázaro, parte implicada en él, le explique ("escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso"). Así que debe ser una especie de confesión y el personaje es un alto dignatario eclesiástico, quizá el Arzobispo de Toledo que ha oído los extraños rumores que circulan sobre la extraña conducta sexual del Arcipreste de San Salvador, como llegamos a saber al fin del libro, según los cuales éste estaría amancebado con la mujer de Lázaro.


La originalidad del libro sin embargo trastoca cualquier molde y crea un subgénero literario específico realista, la novela picaresca, mediante el recurso a la parodia de narraciones caballerescas idealizantes del Renacimiento: a las rimbombantes epopeyas de gestas guerreras y los libros de angélicos pastores y cortesanos enamorados se opone una epopeya del hambre, que mira solamente a cuanto hay por debajo del cuello de golilla y se preocupa solamente de la subsistencia, en línea con la tradición realista de la literatura española, revitalizada entonces por La Celestina y sus continuaciones.

 Temas

La temática del Lazarillo de Tormes es moral: una crítica acerba, incluso una denuncia, del falso sentido del honor ("la negra que llaman honra") y de la hipocresía. La dignidad humana sale muy malparada de la sombría visión que ofrece el autor, nihilista y anticlerical. La vida es dura y, tal como aconseja el ciego a Lázaro en la obra, "más da el duro que el desnudo"; cada cual busca su aprovechamiento sin pensar en los otros, por lo que, como se dice al principio de la obra, arrimándose a los buenos "se será uno de ellos": esto es, para ser virtuoso hay que fingir ser virtuoso, no serlo. Sin duda alguna, se trata de la visión de un humanista desencantado, acaso judeoconverso y erasmiano, a pesar de que Marcel Bataillon niega el influjo directo de Erasmo en la obra.

Como consecuencia, resultó la inclusión de esta obra en el Índice de libros prohibidos de la Inquisición, la cual permitió al cabo la circulación de una versión expurgada de los pasajes anticlericales. El Lazarillo fue, además, una obra muy traducida e imitada, y su influjo, profundo, marcó tanto la literatura española que podría decirse que sin ella no habrían podido escribirse ni Don Quijote de la Mancha ni la treintena de novelas picarescas españolas y extranjeras que se han conservado.

jueves, 19 de mayo de 2011

Dime Quien Soy - Julia Navarro

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Julia Navarro (n. Madrid, 1953), es una periodista y escritora española.


Ha trabajado como analista política de la Agencia OTR/Europa Press. Como escritora, su carrera ha estado basada principalmente en textos periodísticos e históricos como: 1982-1996, entre Felipe y Aznar, Nosotros, la transición, La izquierda que viene, Señora Presidenta y El nuevo socialismo: la visión de José Luis Rodríguez Zapatero.


También ha realizado incursiones en la novela de ficción, con las obras La hermandad de la sábana santa (2004), La Biblia de barro (2005), La sangre de los inocentes (2007) y Dime quién soy (2010).


Un periodista recibe una propuesta para investigar la azarosa vida de su bisabuela Amelia, una mujer de la que sólo se sabe que huyó de España abandonando a su marido Santiago y a su hijo Javier poco antes de que estallara la Guerra Civil. Para rescatarla del olvido deberá reconstruir su historia desde los cimientos, siguiendo los pasos de su biografía y encajando, una a una, todas las piezas del inmenso y extraordinario puzzle de su existencia.


Marcada por los hombres que pasaron por su vida -el empresario Santiago Carranza, el revolucionario Pierre Comte, el periodista estadounidense Albert James y el médico militar vinculado al nazismo Max von Schumann-, la vida de Amelia Garayoa es la de una mujer que aprendió que en la vida no se puede volver sobre el pasado para deshacerlo. Desde la España republicana hasta la caída del Muro de Berlín, pasando por la Segunda Guerra mundial y los oscuros años de la Guerra fría, esta burguesa y revolucionaria, esposa y amante, espía y
asesina, actuará siempre de acuerdo a sus principios, enfrentándose a todo y cometiendo errores que no terminará nunca de pagar.


Memoria de un siglo convulso, caracterizado por la barbarie de los totalitarismos, esta obra es una vuelta de tuerca en la trayectoria de una de nuestras novelistas más internacionales. “Dime quién soy”sorprende por su dramatismo e instrospección, por su intriga y por sus emociones a flor de piel. Una aventura desgarradora y cautivadora que tiene unos personajes excepcionalmente perfilados y literariamente inolvidables.


La esperada nueva novela de Julia Navarro es el magnífico retrato de quienes vivieron intensa y apasionadamente un siglo turbulento. Ideología y compromiso en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos, esta novela no sólo hechizará a los lectores de Julia Navarro sino que fascinará a todos aquellos interesados en nuestra propia historia.




Sin duda es un espléndido libro muy recomendable e ilustrativo, bien escrito y mejor documentado, lo que hace que el “gran tocho” de más de 1000 páginas vayan cayendo con rapidez, he disfrutado con su lectura y conocido importantes pormenores de los acontecimientos mencionados en escenarios muy atractivos: como, Madrid, Barcelona, Lisboa, Buenos Aires, París, Moscú, Cracovia, Varsovia, Londres, Berlín, Roma, Jerusalén, Nueva York, etc.

miércoles, 27 de abril de 2011

El vendedor de sueños - Augusto Cury





Augusto Cury (Colina, 2 de octubre de 1958)es médico psiquiatra y psicoterapeuta desde 1986 y escritor brasileño en ejercicio desde 1980, autor de numerosos libros de autoayuda. Ha dedicado 17 años a la investigación sobre cómo se construyen el conocimiento y la inteligencia. En los últimos años ha desarrollado su faceta como autor de libros de autoayuda.Durante más de dos décadas ha desarrollado la teoría de la Psicología multifocal, una de las pocas teorías mundiales que estudia las funciones de la memoria, la constitución del yo, la constitución del pensamiento y la formación de pensadores.
Está considerado el autor más leído en Brasil de esta década, con más de doce millones de ejemplares vendidos de sus obras.Sus libros se ha traducido en más de cincuenta países y son utilizados en múltiples universidades y cursos de posgrado.

De los libros que ha publicado en los últimos ocho años, cuatro son líderes indiscutibles de ventas en Brasil y en Portugal. Las ediciones en portugués de Nunca renuncies a tus sueños y Padres brillantes, maestros fascinantes han estado en las listas de más vendidos durante más de un año y han vendido más de dos millones de ejemplares en Brasil. Sus ideas pioneras en psicología educativa se han adaptado como cursos de posgrado en cerca de quince universidades en Brasil.

Los estudios del Dr. Cury han inspirado a otras disciplinas como base psicológica preventiva. Tal es el caso del coaching innovativo, una metodología de acompañamiento con las destrezas del coaching personal para facilitar que la persona cumpla su sueño, lo que quiere ser, mediante un proceso de innovación personal.

Dirige la Academia de Inteligência en el interior rural del estado de São Paulo, un centro académico sobre «psicología preventiva» para maestros y profesionales de la salud mental, entre otros.




Un intelectual está a punto de terminar su vida tirándose desde una azotea. Niigún argumento parece disuadirle, ha escuchado a amigos, a psicólogos, a los bomberos; ya le han recordado que la vida es bella, que siempre hay un mañana, pero nada parece hacer mella en su voluntad de terminar de una vez, cansado de no ser nadie, de soportar tanta tensión laboral y familiar...Todo parece perdido hasta que entra en escena un hombre vestido casí como un mendigo, un hombre que en cuanto se pone a hablar consigue que le escuchen. El suicida tiene que oír de esa boca persuasiva que la valentía de aplastarse contra el suelo no es sino cobardía, que esa muerte que persigue es estúpida y egoísta, que la verdadera valentía radica en encontrar un sueño que nos aliente con su energía. El hombre le propone un trato: si renuncia a arrojarse, él mismo le porporcionará un sueño que le devulva el valor a sus días.

¿Quién es este hombre que asegura que el mundo se ha convertido en un hospicio?
¿Quién es este vendedor de sueños que ofrece nuevas expectativas a un individuos que se han dejado encerrar en cárceles de rutina?

Es un hombre extraño y fascinante, nadie parece capaz de controlar su lengua cuando denuncia que los hombres viven hoy como sombras cercadas por el ansia y el estrés, en lugar de madurar y envejecer en un entorno saludable y sereno.
Pero, cuidado, un hombre así, que observa con mirada limpia lo que ocurre en las empresas, las calles y los centros comerciales, sólo puede ganarse enemigos.

El vendedor de sueños es una ficción que desnuda la realidad. Un libro para reír, llorar y hacer pensar.

miércoles, 23 de marzo de 2011

El último Catón - Matilde Asensi




Matilde Asensi (Alicante, 1962) es una periodista y escritora española, nacida en Alicante, que se dedica principalmente a la novela histórica y de aventuras.

Estudió periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona. Trabajó durante tres años en los informativos de Radio Alicante-SER, después pasó a Radio Nacional de España (RNE) como responsable de los informativos locales y provinciales, ejerciendo simultáneamente como corresponsal de la agencia EFE, y colaborando en los diarios provinciales La Verdad e Información.
El último Catón es una novela (best seller) de ficción,ambientada temporalmente en la actualidad y que cuenta una historia en la que a través de una investigación del Vaticano se pretende descifrar el misterio de los robos en todo el mundo de fragmentos de la Vera Cruz. Salió a la venta en el año 2001 y según Editorial Planeta, se han vendido más de 1.250.000 ejemplares de esta novela.



Bajo el suelo de la Ciudad del Vaticano, encerrada entre códices en su despacho del Archivo Secreto, la hermana Ottavia Salina, paleógrafa de prestigio internacional, recibe el encargo de descifrar unas extrañas escarificaciones aparecidas en el cadáver de un etíope: siete letras griegas y siete cruces. Junto al cuerpo se encontraron tres trozos de madera aparentemente sin valor. Todas las sospechas van encaminadas a que esos pedazos pertenecen, en realidad, a la Vera Cruz, la verdadera cruz de Cristo.


Una novela entretenida, y de fácil lectura que engancha con sus personajes desde el principio. No será de las mejores, pero esta novela, y el resto de sus obras merecen que se les preste una lectura.

Tiene una gracia especial para mezclar realidad con ficción y llega un punto que no sabes donde está la línea que separa una de otra.

lunes, 7 de marzo de 2011

Anatomía de un instante - Javier Cercas



Javier Cercas quería escribir una novela sobre 23 F, pero tras reunir toda la información existente sobre ese momento decisivo de la reciente historia de España, se dio cuenta que ninguna ficción podía hacer justicia al material que tenía entre manos. Así a partir de un instante que reúne tres gestos valientes, el de Adolfo Suárez, el de Gutiérrez Mellado y el de Santiago Carrillo, que en medio de las balas disparadas por los secuestradores del congreso se resistieron a lanzarse al suelo el día del golpe de estado. Cercas arma un extraordinario relato, usando ese instante como una mirilla a través de la cual se puede contemplar una época y un país. Con un conocimiento absoluto de las fuentes documentales y un magistral dominio de las herramientas y los recursos del narrador, logra enhebrar en un libro fascinante, la mejor crónica de una jornada decisiva, logrando que al repasar los hechos de aquel día y los acontecimientos que llevaron a él, el lector se sumerja en un tiempo, un ambiente y unas circunstancias. Sin duda alguna estamos ante la obra fundamental de la transición española.

Javier Cercas cree que la sociedad española está suficientemente madura como para enfrentarse a toda la verdad sobre el 23 F. Esto incluye la indagación en las reacciones y las acciones de los principales personajes, desde Adolfo Suárez hasta el Rey, pasando por la sociedad civil, el Ejército y toda la clase política. Es lo que ha hecho el escritor en su último libro Anatomía de un instante.

En cuanto al papel de don Juan Carlos, Cercas es tajante: "El Rey no organizó el golpe, está claro, lo paró. Nadie podía pararlo si no era él, que tenía el poder de hacerlo. Pero eso no significa que tengamos que santificarlo. El Rey también se equivoca, e hizo cosas que no debería haber hecho. La verdad es que lo facilitó y en eso se equivocó, como se equivocó gran parte de la clase política".

Cercas relata en el libro cómo el ambiente insoportable, "de depresión generalizada en todo el país", que se vivió el año anterior al golpe fue lo que desencadenó que los militares culpables y los cabecillas -el teniente coronel Tejero, el general Armada y el teniente general Milans del Bosch- se vieran alentados para cometerlo.

"Nadie estuvo a la altura. Tampoco la sociedad civil. Muy pocos dieron la cara aquella noche. No hubo una reacción seria. Los golpistas hasta mucho después no comprendieron que nadie quería aquello. Como país no actuamos de manera brillante, ni estuvimos a gran altura. Fue un mal momento".

"El deseo de acabar políticamente a toda costa con Suárez obsesionaba a todo el mundo, desde la oposición hasta al propio Rey". Eso es lo que, según Cercas, da alas a los golpistas, y eso es lo que sin duda trae más polémica.

El libro de Cercas es un cruce muy eficaz e insólito de géneros. De hecho, al principio el autor quería hacer una novela. Pero cuanto más se iba metiendo en la historia mejor se dio cuenta de que lo responsable era abandonar esa idea. "Hay muchas ficciones y muchas leyendas sobre el 23-F. Por eso yo decidí prescindir de la ficción. Mi trabajo ha sido como el de una asistenta, me he dedicado a limpiar la casa de falsedades, pero aún así seguirán existiendo leyendas sobre el 23-F". Pese a que su empeño no ha sido, como cualquier experto en marketing desearía, contar toda la verdad y demás pamplinas, Cercas ha querido acercarse lo más posible a ella, aunque cree que es una tarea todavía difícil. "Ya no existen grandes enigmas sobre el 23-F. Lo digo después de haberlo leído todo y hablado con muchos de los protagonistas. Lo que quedan son zonas de sombra. No hay historiadores académicos que se hayan ocupado del golpe. La razón es que no existen documentos. Pero yo me he dedicado a mirar, a escuchar y a leer con atención. A fijarme en esas cosas que todo el mundo hemos visto pero que no hemos acertado todavía a interpretar".

Entre todo lo que le ha servido para la investigación, resalta un documento: "La grabación de 35 minutos del asalto. Apenas hemos visto cinco segundos de manera repetitiva y reiterada, pero esos 35 minutos son algo alucinante y extraordinario. Uno de los grandes documentos de la historia de España. El libro parte de ahí". Un momento en el que sólo tres diputados permanecieron sentados en sus escaños cuando tronaban los disparos en el techo del Congreso. "Lo normal era tirarse al suelo y no podemos juzgar a quienes lo hicieron, pero el gesto de aquellos tres personajes [Suárez, Gutiérrez-Mellado y Carrillo] fue algo simbólicamente extraordinario". Tanto, que aquel rasgo heroico preocupó muchísimo los días posteriores a la clase política. "Ha habido determinados políticos importantes que, una vez pasado el golpe, se preguntaban '¿alguna vez nos van a preguntar esto?' Creían que el hecho de que se tiraran al suelo lo iban a pagar electoralmente".



Este escritor nos cuenta su visión. Es contar un hecho de manera diferente a como ya se ha hecho.
Otra cosa es que guste o no.
Pasando de cierta edad todos tenemos una historia que contar, por haberlo vivido.



viernes, 25 de febrero de 2011

Cien años de soledad - Gabriel García Márquez




Gabriel José de la Concordia García Márquez (Aracataca, Colombia, 6 de marzo de 1927)es un novelista, cuentista, guionista y periodista colombiano. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura. Es conocido familiarmente y por sus amigos como Gabito (hipocorístico guajiro para Gabriel), o por su apócope Gabo desde que Eduardo Zalamea Borda subdirector del diario El Espectador, comenzara a llamarle así.

Gabriel García Márquez ha sido inextricablemente relacionado con el género literario del realismo mágico. Su obra más conocida, la novela Cien años de soledad, es considerada una de las más representativas de este género.En 2007, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa de esta novela, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos. El texto fue revisado por el propio Gabriel García Márquez.
Lo que hace que Gabriel García Márquez sea tan famoso no es solamente su genio como escritor, sino su habilidad de usar este talento para compartir sus ideologías políticas.Un ejemplo de su participación política es su amistad con el líder cubano Fidel Castro, una relación que ha causado mucha controversia en el mundo literario y político.

La notoriedad mundial de García Márquez comienza cuando se publica Cien años de soledad en junio de 1967, y en una semana vendió 8000 copias. De allí en adelante, el éxito fue asegurado, y la novela vendió una nueva edición cada semana, pasando a vender medio millón de copias en tres años. Fue traducido a más de veinticuatro idiomas, y ganó cuatro premios internacionales. El éxito había llegado por fin y el escritor tenía 40 años cuando el mundo aprendió su nombre. Por la correspondencia de admiradores, los premios, entrevistas, las comparecencias. Era obvio que su vida había cambiado. En 1969 la novela ganó el Chianchiano Aprecia en Italia y fue denominado el «Mejor Libro Extranjero» en Francia. En 1970, fue publicado en inglés y fue escogido como uno de los mejores doce libros del año en Estados Unidos. Dos años después le fue concedido el Premio Rómulo Gallegos y el Premio Neustadt, y en 1971, Mario Vargas Llosa publicó un libro acerca de su vida y obra. Para contradecir toda esta exhibición, García Márquez regresó simplemente a la escritura. Decidido a escribir acerca de un dictador, se trasladó con su familia a Barcelona, España, que pasaba sus últimos años bajo el régimen de Francisco Franco

Su abuela, Tranquilina Iguarán Cotes, fue de tanta influencia en García Márquez como su marido. Llena de impresionantes supersticiones y creencias populares, como lo fueron sus numerosas hermanas, llenaron la casa con historias de fantasmas y premoniciones. También desempeñó un papel influyente en su educación. García Márquez se inspiró en la forma en que ella trataba lo extraordinario como algo perfectamente natural; la casa estaba llena de historias de fantasmas y premoniciones, augurios y signos. De acuerdo con lo señalado por el propio escritor, «éste fue el origen de una mágica, supersticiosa y sobrenatural visión de la realidad». Él disfrutó de la original forma de contar historias de su abuela, quien sin importarle cuán fantásticos o improbables fueran sus relatos, siempre los refería como si fueran una verdad irrefutable. Se trata de un estilo que, unos treinta años más tarde, su nieto usaría en Cien años de soledad, su novela más popular.



El libro narra la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones en el pueblo ficticio de Macondo.

José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son un matrimonio de primos que se casaron llenos de presagios y temores por su parentesco y el mito existente en la región de que su descendencia podía tener cola de cerdo. En una pelea de gallos en la que resultó muerto el animal de Prudencio Aguilar, éste, enardecido por la derrota, le gritó a José Arcadio Buendía, dueño del vencedor: "A ver si ese gallo le hace el favor a tu mujer", ya que la gente del pueblo sospechaba que José Arcadio y Úrsula no habían tenido relaciones en un año de matrimonio (por el miedo de Úrsula de que la descendencia naciera con cola de cerdo). Así fue como José Arcadio Buendía reta en duelo a Prudencio, en el que lo mata al atravesarle la garganta con una lanza. Sin embargo, su fantasma lo atormenta apareciéndose repetidas veces en su casa lavándose la herida mortal con un tapón de esparto. Así es como José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán deciden irse a la sierra. En medio del camino José Arcadio Buendía tiene un sueño en que se le aparecen construcciones con paredes de espejo y, preguntando su nombre, le responden "Macondo". Así, despierto del sueño, decide detener la caravana, hacer un claro en la selva y habitar ahí.

El pueblo es fundado por diversas familias conducidas por José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, quienes tuvieron tres hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta (nombres que se repetirán en las siguientes generaciones). José Arcadio Buendía, el fundador, es la persona que lidera e investiga con las novedades que traen los gitanos al pueblo (teniendo una amistad especial con Melquíades, quien muere en variadas ocasiones y que sería fundamental para el destino de la familia), y termina su vida atado al castaño hasta donde llega el fantasma de su antiguo enemigo Prudencio Aguilar, (al que le había dado muerte con una lanza en el cuello antes de fundar Macondo) con el que dialoga. Úrsula es la matriarca de la familia, quien vive durante más de cien años cuidando de la familia y del hogar.

El pueblo poco a poco va creciendo y con este crecimiento llegan habitantes del otro lado de la ciénaga. Con ellos se incrementa la actividad comercial y la construcción en Macondo. Inexplicablemente llega Rebeca, a quienes los Buendía adoptan como hija. Por desgracia, llegan también con ella la peste del insomnio y la peste del olvido causada por el insomnio. La pérdida de la memoria obliga a sus habitantes a crear un método para recordar las cosas y José Arcadio Buendia comienza a etiquetar todos los objetos para recordar sus nombres; no obstante, este método empieza a fallar cuando las personas también olvidan leer. Un día, regresa Melquíades de la muerte con una bebida para restablecer la memoria que surte efecto inmediatamente, y en agradecimiento es invitado a quedarse a vivir en la casa. En esos momentos escribe unos pergaminos que sólo podrían ser descifrados cien años después.

Cuando estalla la guerra civil, la población toma parte activa en el conflicto al enviar un ejército de resistencia dirigido por el coronel Aureliano Buendía (segundo hijo de José Arcadio Buendía), a luchar contra el régimen conservador. En el pueblo, mientras tanto, Arcadio (nieto del fundador e hijo de Pilar Ternera y José Arcadio) es designado por su tío jefe civil y militar, y se transforma en un brutal dictador, quien es fusilado cuando el conservadurismo retoma el poder.

La guerra continúa y el coronel Aureliano se salva de morir en varias oportunidades, hasta que, fatigado de luchar sin sentido, arregla un tratado de paz que durará hasta el fin de la novela. Después de que el tratado se firma, Aureliano se dispara en el pecho, pero sobrevive. Posteriormente, el coronel regresa a la casa, se aleja de la política y se dedica a fabricar pescaditos de oro encerrado en su taller, de donde sale solamente para venderlos.

Aureliano Triste, uno de los diecisiete hijos del coronel Aureliano Buendía, instala una fábrica de hielo en Macondo, deja a su hermano Aureliano Centeno al frente del negocio y se marcha del pueblo con la idea de traer el tren. Regresa al cabo de poco tiempo, cumpliendo con su misión, la cual genera un gran desarrollo, ya que con el tren, llegan también el telégrafo, el gramófono y el cine. Entonces el pueblo se convierte en un centro de actividad en la región, atrayendo a miles de personas de diversos lugares. Algunos extranjeros recién llegados empiezan una plantación de banano cerca de Macondo. El pueblo prospera hasta el surgimiento de una huelga en la plantación bananera; para acabar con ella, se hace presente el ejército nacional y los trabajadores que protestan son asesinados y arrojados al mar.

Después de la masacre de los trabajadores del banano, el pueblo es asediado por las lluvias que se prolongan por cuatro años, once meses y dos días. Úrsula dice que espera el final de las lluvias para finalmente morir. Nace Aureliano Babilonia, el último miembro de la línea Buendía (inicialmente referido como Aureliano Buendía, hasta que más adelante descubre por los pergaminos de Melquíades que su apellido paterno es Babilonia). Cuando las lluvias terminan, Úrsula muere y Macondo queda desolado.

La familia se ve reducida y en Macondo ya no se acuerdan de los Buendía; Aureliano se dedica a descifrar los pergaminos de Melquíades en el laboratorio, hasta que regresa de Bruselas su tía Amaranta Úrsula, con quien tiene un romance. De este, Amaranta Úrsula queda embarazada y tiene un niño que al nacer se descubre con cola de cerdo; ella muere desangrada después del parto. Aureliano Babilonia, desesperado, sale al pueblo llamando de puerta en puerta, pero Macondo ahora es un pueblo abandonado y solo encuentra a un cantinero que le ofrece aguardiente, quedándose dormido. Al despertar se acuerda del niño recién nacido y corre a buscarlo, pero a su llegada encuentra que se lo están comiendo las hormigas.

Aureliano recuerda que esto estaba predicho en los pergaminos de Melquíades. Con vientos huracanados asediando Macondo y el lugar en el que estaba presente, termina de descifrar la historia de los Buendía que ya estaba allí escrita con anticipación, encontrando que al terminar de leerlos, finalizaría su propia historia y con él, la historia de Macondo, el cual sería arrasado por el viento y borrado de cualquier memoria humana... "porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra"


Cuando llevaba unas cuantas páginas de libro leído me parecía muy interesante y ameno, a la mitad me daba cuenta de que estaba ante una obra extraordinaria y acabándolo ya me apenaba pensar que no iba a encontrar una novela de tanta calidad como esta, creo que es uno de los libros que debería leer todo entusiasta de la lectura.


martes, 4 de enero de 2011

El árbol de la ciencia - Pío Baroja




Pío Baroja y Nessi (San Sebastián, 28 de diciembre de 1872 – Madrid, 30 de octubre de 1956) fue un escritor español de la llamada Generación del 98. Fue hermano del pintor y escritor Ricardo Baroja y tío del antropólogo Julio Caro Baroja y del director de cine y guionista Pío Caro Baroja.

Pío Baroja perteneció a familias siempre muy distinguidas y conocidas en San Sebastián relacionadas con el periodismo y los negocios de imprenta. Su bisabuelo paterno, Rafael, fue en Oyarzun impresor del periódico La Papeleta de Oyarzun y de otros textos durante la guerra contra Napoleón.

Entre los ascendientes de la madre había una rama italiana lombarda, los Nessi, a la que el escritor debe su segundo apellido.
Su primer apellido tampoco es de origen vasco. En sus Memorias el propio don Pío aventura una fantástica etimología, según la cual «Baroja» sería un apócope de (i)bar (h)otza, que en euskera significa 'valle frío' o 'río frío'.

A los siete años marchó con su familia a Madrid, donde el padre obtuvo una plaza en el Instituto Geográfico y Estadístico; sin embargo, volvieron a Pamplona y otra vez de nuevo a Madrid. Baroja había leído ya a clásicos juveniles (Julio Verne, Thomas Mayne-Reid y Daniel Defoe). Se libró del servicio militar, que le repugnaba. En 1891 terminó la carrera de medicina en Valencia y se doctoró en 1894 en Madrid con una tesis sobre El dolor, estudio psicofísico.

Tras defender su tesis, marchó en ese mismo año de 1894 a Cestona, en Guipúzcoa, con plaza de médico. Pero el oficio le asqueaba y riñó con el médico viejo, con el alcalde, con el párroco y con el sector católico del pueblo, que le acusaba de trabajar los domingos en su jardín y de no ir a misa, pues, en efecto, era ateo; nunca simpatizó con la iglesia desde su misma niñez, como cuenta en una de sus autobiografías, Juventud, egolatría; tras pasar un año allí volvió, pues, a San Sebastián, dispuesto a ser cualquier cosa menos médico, y encontró su oportunidad en Madrid.
Instalado en Madrid, empezó a colaborar en periódicos y revistas, simpatizando con las doctrinas sociales anarquistas, pero sin militar abiertamente en ninguna. Al igual que su conterráneo Miguel de Unamuno, abominó del nacionalismo vasco, contra el que escribió su sátira Momentum catastrophicum.
En 1900 publicó su primer libro, una recopilación de cuentos titulada Vidas sombrías, la mayoría compuestos en Cestona sobre gentes de esa región y sus propias experiencias como médico. En esta obra se encuentran en germen todas las obsesiones que reflejó en su novelística posterior. El libro fue muy leído y comentado por prestigiosos escritores como Miguel de Unamuno, que se entusiasmó con él y quiso conocer al autor, por Azorín y por Benito Pérez Galdós. Baroja fue así acercándose cada vez más al mundillo literario y abandonando el negocio de panadería hasta dejarlo por completo. Tuvo especial amistad con el anarquista José Martínez Ruiz, más conocido como Azorín, e hizo, impulsado por él, algún intento de entrar en política, presentándose de concejal en Madrid y de diputado por Fraga, pero fracasó. Al acercarse Azorín al partido de Antonio Maura, rompió su antigua amistad. De igual manera tuvo amistad con Maeztu. Con él y junto con Azorín formaron durante un breve período el grupo de los Tres.

Baroja cultivó preferentemente el género narrativo, pero se acercó también con frecuencia al ensayo y más ocasionalmente al teatro, la lírica (Canciones del suburbio) y la biografía.

El propio autor agrupó sus novelas, un poco arbitrariamente, en nueve trilogías y una tetralogía, aunque es difícil distinguir qué elementos pueden tener en común: Tierra vasca, La lucha por la vida, El pasado, El mar, La raza, Las ciudades, Agonías de nuestro tiempo, La selva oscura, La juventud perdida y La vida fantástica.


Es un libro de carácter filosófico y crítico. Baroja nos narra la vida tortuosa que tiene Andrés Hurtado, un hombre de ciencias, madrileño, que trata de explicarse el mundo, y de cambiar la sociedad, pues pensaba que la moral de ésta estaba más que corrompida. Lo pasa muy mal viendo toda la injusticia, la manera de ser que tiene la gente… es un idealista.

El libro es ameno. Cierto es que el carácter filosófico está siempre presente, pero es fácil de digerir (salvo los diálogos entre Andrés y su tío Iturrioz, que son algo más complicados). El libro se divide en siete partes, cada una con varios capítulos. Dichos capítulos son muy cortos, lo que agiliza la lectura.

Cabe destacar al protagonista principal, Andrés, con el que creo que muchos nos sentimos identificados (en mayor o menos medida). Es duro ver cómo la sociedad se corrompe cada vez más, y la moraleja que se extrae del libro es que la ignorancia da la felicidad, mientras que la inteligencia, las ganas de llegar más allá en el conocimiento, de progresar, te lleva a una angustia existencial tremenda. No os desvelaré mucho del final, pero a mí me dejó helada. Como se dice en las últimas líneas del libro, Andrés tenía algo de precursor.

Pío Baroja ha escrito está novela basándose en su propia vida.

Hurtado es el protagonista clave, los demás quedan en un segundo plano, claramente. De entre el grupo de secundarios, destacaría a su tío Iturrioz, del cual también conoceremos sus ideas en los diálogos con su sobrino. Entre los dos hay una antítesis en cuanto al pensamiento: Andrés comienza siendo seguidor de Kant y Schopenhauer, metafísicos alemanes que defienden que la realidad tal y como la conocemos, podría no ser tal, o ser más de lo que nuestros ojos son capaces de percibir. El tío, por contra, es partidario de los empíricos ingleses, que confiaban en sus sentidos más que en ninguna otra cosa.

Podemos ver cómo Andrés pasa de una postura firme, de un intelectualismo acérrimo, a dar la razón a su tío en muchos aspectos.


La Celestina - Fernando de Rojas




Fernando de Rojas, (La Puebla de Montalbán, Toledo, 1470 - Talavera de la Reina, Toledo, 1541), dramaturgo español, autor de La Celestina, considerada una de las obras cumbre de la historia de la literatura española y la más importante sin duda en la transición entre la Edad Media y el Renacimiento.

Nació en La Puebla de Montalbán (Provincia de Toledo ), hacia 1470, en el seno de una familia de judíos conversos que reaparece en posteriores procesos inquisitoriales por mantener el judaísmo a escondidas de la Inquisición. De Rojas ayudó a miembros de su familia, los llamados marranos o criptojudíos, Anusim en la literatura rabínica, afectados por las persecuciones de la Inquisición. Su familia habría sido perseguida y él mismo ha aparecido en documentos como acusado por la Inquisición, documentos que demuestran que fue el autor de La Celestina.

Estudió leyes en la Universidad de Salamanca, según él mismo afirma en La carta del autor a un amigo suyo, que precede el texto de su obra. Parece documentado que hacia 1496-97 habría obtenido su grado de Bachiller en Leyes.

Hoy día no se duda de que sea el autor de La Celestina, que habría escrito con pocos más años que su protagonista, Calisto, que cuenta con veintitrés. Fernando de Rojas rondaría los veinticinco. El autor reveló su nombre y lugar de nacimiento en un famoso acróstico al principio de la segunda edición del año 1500. No se le conoce ninguna otra obra ni es mencionado por ninguno de sus contemporáneos.

Se le sabe establecido en la localidad de Talavera de la Reina, población de la que algunos autores piensan que fue alcalde y casado allí. Su condición de converso influye en el argumento de su obra, que a decir de la mayoría de los críticos es obra de alguien de esta condición: se ha dicho que la ausencia de fe firme justificaría el pesimismo de La Celestina y la falta de esperanza patente en su dramático final.

Murió en 1541 en Talavera de la Reina, entre el 3 y el 8 de abril. Sus restos fueron enterrados en el convento de la Madre de Dios de esa ciudad y en los años 80 fueron trasladados a la Colegiata de Santa María la Mayor de Talavera. Se conserva su testamento, fechado ese día 3, muy detallado, que ha sido el deleite de los críticos al poder estudiar su abundante biblioteca. Dejó los libros de derecho a su hijo, que también fue abogado, y los de literatura profana a su esposa. En el inventario de su biblioteca, y eso es lo extraño, solo figura un ejemplar de La Celestina (cuando murió había al menos 32 ediciones de la obra) y ninguno de la Segunda comedia de La Celestina y de la Tercera parte de la tragicomedia de Celestina, publicadas en vida de Rojas.


La Celestina es el nombre con el que se conoce desde el siglo XVI a la obra titulada primero Comedia de Calisto y Melibea y después Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida casi en su totalidad al bachiller Fernando de Rojas. Es una obra de transición entre la Edad Media y el Renacimiento escrita durante el reinado de los Reyes Católicos y cuya primera edición conocida data de 1499. Constituye una de las bases sobre las que se cimentó el nacimiento de la novela y el teatro modernos.

Existen dos versiones de la obra: la Comedia (1499, 16 actos) y la Tragicomedia (1502, 21 actos). La crítica tradicional ha debatido profusamente el género de La Celestina, dudando si clasificarla como obra dramática o como novela. La crítica actual coincide en señalar su carácter de obra híbrida y su concepción como diálogo puro, quizá para ser recitado por un solo lector impostando las voces de los distintos personajes ante un auditorio poco numeroso. Sus logros estéticos y artísticos, la caracterización psicológica de los personajes —especialmente la tercera, Celestina, cuyo antecedente original se encuentra en Ovidio—, la novedad artística con respecto a la comedia humanística, en la que parece inspirarse, y la falta de antecedentes y de continuadores a su altura en la literatura occidental, han hecho de La Celestina una de las obras cumbre de la literatura española y universal.