miércoles, 28 de octubre de 2009

QUIETO Marius Serra


Si Dorian Gray hubiese conocido a un llullu nunca se habría conformado con la invariabilidad de los presuntos inmortales. Habría aprendido a mirar en vez de querer ser mirado. A envejecer. Muy probablemente no habría querido ser retratado, sino retrato.
«Quieto cubre siete años en la vida de nuestro hijo Lluís Serra Pablo, alias Llullu, que nació con una grave encefalopatía que la ciencia neurológica aún no ha sido capaz de definir, escribe el autor. En casa, todas estas etiquetas cuentan poco. Lluís es nuestro segundo hijo. En Quieto he buscado una forma narrativa de explicar el ambivalente estado emocional que provoca tener un hijo que no progresa adecuadamente».

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