Camilo José CELA nació en 1916 en Iria Flavia. En su libro de memorias La rosa (1959) evoca su infancia y adolescencia en tierras gallegas. En el Madrid de los años de la República (1931-1936) cursa estudios de Derecho, Medicina y Filosofía sin acabar ninguna de estas carreras.
Fue alumno de Pedro SALINAS y perteneció al círculo intelectual agrupado en torno a la figura de María ZAMBRANO. En 1931 aprovecha una convalecencia, aquejado de tuberculosis pulmonar para leer a los clásicos españoles, pero también a contemporáneos como BAROJA y ORTEGA Y GASSET.
Participó en la Guerra Civil y posteriormente desempeñó muy diversos trabajos. Pasó por algunas dependencias sindicales y llegó a ejercer de censor. En Palma de Mallorca fundó en 1956 la revista Papeles de san Armadans. Realizó viajes por varios países de Hispanoamérica y fruto de ello fue la publicación en 1955, de su novela La Catira, ambientada en tierras de Venezuela. Viajó también a Estados Unidos, donde pronunció diversas conferencias y en 1964 fue nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad de Siracusa. Con anterioridad, en 1957, Había sido designado miembro de la RAE.
En 1989 recibe el Premio Nóbel de Literatura y, posteriormente, se crea en Iria Flavia la Fundación Camilo José Cela, donde se guardan manuscritos y primeras ediciones de las novelas del escritor. En 1994 funda y dirige la revista El Extramundi. Entre distinciones y reconocimientos a su labor, que son incontables a partir de la concesión del Nóbel, CELA continuó escribiendo, mientras sus obras se seguían reeditando y traduciendo ininterrumpidamente.
Camilo José CELA fallecía en Madrid a las 8 h. Del 17 de enero como consecuencia de una patología cardiorrespiratoria crónica en fase terminal.
Los problemas respiratorios habían afectado al autor de La Colmena en los últimos meses, pero no por ello había dejado de trabajar.
Las primeras reacciones a la muerte de uno de los escritores más admirados y polémicos de la literatura en español, no se hicieron esperar. Para Francisco UMBRAL, el fallecimiento de CELA “supone la muerte del último de la Generación del 98”. El escritor vallisoletano Miguel DELIBES afirmó que “junto a Carmen LAFORET, también enferma, removió las aguas de la novela española tras la Guerra Civil”. Para DELIBES “los frutos más sazonados los dio en sus primeras narraciones, La familia de Pascual Duarte, Viaje a la Alcarria y La Colmena” aunque precisó que “siempre manejó una prosa de calidad y una gracia expresiva de forma muy personal”.
El entierro tuvo lugar en La Coruña, donde había nacido.
La colmena es una novela de Camilo José Cela, editada en Buenos Aires en 1945/1946. No pudo publicarla en España hasta 1951, debido a la censura de la época ya que en la novela hay bastantes alusiones al sexo y al ambiente homosexual y carcelario de la época. Estos temas y la época en la que se publicó, (estando Franco en el poder en España), provocaron la censura. Durante el mismo franquismo, Manuel Fraga -cuando fue nombrado ministro del interior-, autorizó la primera edición en España. Esta novela fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX del periódico español «El Mundo».
La estructura externa está compuesta de seis capítulos y un epílogo. Cada capítulo consta de un número variable de secuencias de corta extensión, que desarrollan episodios que están mezclados con otros que ocurren simultáneamente. De esta manera el argumento se rompe en multitud de pequeñas anécdotas. Lo importante es la suma de las mismas, que conforma un conjunto de vidas cruzadas, como las celdas de una colmena.
El marco espacio-temporal es muy preciso: Madrid en unos días de 1942, en plena posguerra. El autor intentó reflejar con el máximo verismo la realidad social de la época adoptando un punto de vista objetivista, pero, como es lógico, tuvo que realizar una selección dentro de ese inmenso conjunto. La historia se basa en un espacio novelesco no muy amplio pero con bastantes personajes que intervienen poco en el transcurso de la obra.
De entre los trescientos personajes que aparecen, apenas encontraremos representantes de las clases más acomodadas, y del mismo modo no tienen relevancia los pertenecientes a la clase obrera o a los sectores marginados. Lo que predomina es la clase media baja, la pequeña burguesía venida a menos, es decir, gentes en situación inestable, que tienen un futuro incierto y han de vivir a salto de mata. Sus ilusiones y proyectos de futuro son engañosos: sus miradas «jamás descubren horizontes nuevos», y su vida es una «mañana eternamente repetida». Este tipo de personajes se ajusta muy bien a la visión de la vida subyacente en la novela, primera parte de una serie que había de llevar el significativo título de «Caminos inciertos».
La voluntad de reflejar con exactitud la realidad no supone la absoluta neutralidad del autor, que interviene de dos formas contradictorias. En la mayoría de los casos utiliza la técnica objetivista, es decir, se limita a mostrar, a describir desde fuera, sin penetrar en el interior de los personajes. Otras veces, sin embargo, adopta una actitud omnisciente y comenta irónicamente las actitudes de los personajes.
La Colmena es la convivencia, sin lazos fuertes, de una multitud mediocre, con ganas de vivir, que, perdido todo freno moral se lanza a la circunstancia más inmediata, con vagos escrúpulos. Desfile de gentes que corren en un cortísimo espacio de tiempo, a la gran aventura de resolver el problema más acuciante, en medio de un universal egoísmo. Una primera mirada a La Colmena despierta un mundo de vicios, de sentimientos oscuros en inconfesables, pero también de inesperdas, súbitas ternuras.
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